Permanecer tantos meses en un proceso de cuarentena, de pronto intermitente y viviendo en medio de la incertidumbre no es cosa fácil, todo esto repercute intensamento en nuestros hábitos cotidianos, los que hemos ido adquiriendo y los que vamos creando.
La alimentación impacta en todos los ámbitos de nuestra salud física y emocional, por eso los especialistas siempre nos recomiendan cuidar lo que comemos, cúando lo hacemos y de qué manera.
Estar en casa implica tener mayor probabilidades de querer consumir más comida, incluso de manera afectiva y los alimentos que ingerimos suelen contener más cantidad de calorías, azúcar y sal.
Este es un momento para asumir cambios, adaptarnos a esta nueva realidad que llegó para quedarse y sería genial, incorporar mejores hábito en cuanto a nuestra nutrición y el desarrollo de actividad física, tanto para las madres como para los integrantes de nuestra familia.
Ya a un año de haber iniciado la pandemia, tenemos más conocimiento del tiempo que podemos inventir en nosotras, en dedicárselo a hobbies de nuestro interés y a las actividades físicas que nos divierten o centran, como puede ser la práctica de la yoga o la meditación.
Parto del hecho, que si nosotras no estamos bien y dejamos de ocuparnos de nosotras mismas difícilmente lograremos hacerlo bien con los demás, en especial de los hijos y familia.
La pandemia ha traído innumerables complicaciones en diferentes ámbitos de la vida y a la vez, ha venido a traer oportunidads de mejora para cada persona, en nosotras está aprovecharlas a nuestro favor y el de los que nos rodean.
Lislet Núñez
@modaymama